La frase de Jesús “Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, invita a no mezclar religión y política, y a que cada instancia asuma su responsabilidad: el Estado, la promoción del bien común; la jerarquía de la Iglesia, la vida espiritual y la orientación moral de las personas; los ciudadanos laicos, en el ejercicio de su libertad, los valores cristianos en todos los ambientes.