Dios desea nuestra salvación. En la parábola del banquete de bodas, los invitados no aceptaron la invitación, por motivos que pueden aplicarse al rechazo del hombre a Dios: indiferencia, dar prioridad a lo urgente sobre lo importante y criticar a la Iglesia. Por contraste, vale la pena aceptar la invitación para ir al cielo.